El desarrollo de la industria del videojuego como una de las formas de ocio más consumidas en la actualidad, no tiene reflejo en las instituciones que, tradicionalmente, se han encargado de ser la punta de lanza a la hora de conservar y difundir la cultura: en las bibliotecas. En este artículo se describen tres experiencias (CUBIT en Zaragoza, Mediateca José Cabanis en Toulouse y la biblioteca de La Sagrada Familia en Barcelona) que se presentaron en las jornadas Jolasean. En estos tres ejemplos podemos ver cómo las bibliotecas públicas están intentando dar respuesta a esta nueva realidad, y consecuentemente, cómo están respondiendo a las cuestiones que se presentan con la incorporación de los videojuegos en los servicios de estas entidades.