Los ejercicios de traducción cultural se suceden unos a otros en las páginas que siguen, tal y como ocurre en la cotidianidad. Las traducciones son representaciones de las posibles relaciones entre códigos y objetos, al tiempo que construyen nuevas formas de relación más allá de su propio mecanismo. Aunque la traducción sea un ejercicio repetitivo –y precisamente porque es un ejercicio repetitivo–, la información que produce es siempre diferente.