A la hora de desarrollar un proyecto doméstico podemos pensar en múltiples planteamientos y procesos que surgen de la práctica y de la teoría. Los caminos que podamos elegir estarán condicionados por factores geográficos, por estructuras sociales o por cuestiones de movilidad y, en algunos casos, por situaciones de emergencia individual o colectiva. Este grupo de factores, unido a actitudes contundentes, puede mostrarnos caminos que hasta ahora no habían sido habituales: la apropiación, que no la adquisición, la autoconstrucción, o la reutilización de espacios en desuso. Pero las interpretaciones de lo doméstico también están condicionadas por el factor económico que, en situaciones de precariedad, pueden provocar actitudes extremas que aquí también queremos conocer.