Una de las primeras intenciones de La cámara dorada era mostrar el vínculo de las obras con el espacio, no tanto como reconsideración actualizada de conceptos fundamentales, como son los site o los non site, o con una voluntad de contemplar desde otra óptica la eterna cuestión de las instalaciones, sino, antes bien, recordando algunos mecanismos puestos en circulación desde paradigmas beusianos, sobre todo los relativos a su conocida idea del terremoto in palazzo, manifestados como una especie de extraordinario e irrepetible efecto pantalla que convierte y transforma la memoria y el vestigio en algunos de los ejes que se revelarán como fundamentales para aproximarnos a estos trabajos, más allá de sus particularidades materiales o técnicas, más allá de sus condiciones disciplinarias y ultra pasando las posibles limitaciones propias de las categorías. (Manel Clot)
